Plantas de primavera: Los rosales trepadores
La primavera es el momento perfecto del año para los rosales. Se trata de la época en la que florecen y, además, el período óptimo para su plantación. Cuando hablamos de rosales trepadores hay que tener en cuenta que no se aferran de manera natural, sino que necesitan de un soporte donde apoyarse. Así, para crear una cascada de rosas perfumadas se ha de utilizar una estructura que las guíe como mallas de alambre, pérgolas o cenadores.
Tratándose de plantas que no son auténticamente trepadoras, su crecimiento puede alcanzar los tres metros por año, como la Rambler, también llamada rosales de lianas. Otras variantes de rosales trepadores, destacados por su resistencia, son la familia de los rosales Climber o Pillar. A pesar de que son característicos por su gama de colores, es recomendable adquirir esta planta por su nombre y no por sus tonalidades para, posteriormente, poder encontrar información útil sobre ella.
La mayor dificultad en el crecimiento de los rosales trepadores es la elección de la planta y la estructura que le servirá de guía. El rosal ha de poseer tallos fuertes y una base firme, y la elección del lugar donde se situará el rosal estará condicionado por la necesidad de luz solar de ésta. En general, todas las trepadoras han de estar separadas de la pared a unos 30 cm porque cerca de ésta el suelo está bastante seco. Y en consideración al suelo, los rosales germinan mejor en un terreno arcilloso.