Las tres plantas medicinales que no pueden faltar en tu jardín
El aloe vera es la reina de las plantas medicinales, muy utilizada en dermatología.
Es un importante emoliente y cicatrizante, regenerador celular, tónico y antiséptico. Basta con aplicar directamente sobre la piel el gel acuoso del interior de sus hojas para notar sus efectos.
Esta especie suculenta de origen africano vive bien en interiores, preferiblemente en maceta de barro, donde puede alcanzar el medio metro de altura. Necesita sol directo y sus enemigos son el frío y el exceso de riego.
La manzanilla o camomila es todo un clásico de la medicina tradicional.
Las infusiones de manzanilla son excelentes para los problemas digestivos y dolores menstruales. Se le atribuyen también efectos sedantes, por lo que una infusión de manzanilla poco antes de acostarse es ideal para pasar una noche tranquila en caso de tendencia al insomnio.
La infusión se elabora con tallos tiernos y flores secas de la planta. Desde el momento que aparecen las flores puede procederse a su recolección. Hay que dejar que se sequen para preparar la infusión.
Para cultivar la planta se requiere un suelo bien drenado y rico en nutrientes. Se recomienda regar con frecuencia y agregar una capa de mantillo para conservar la humedad de la tierra.
Equinácea
Ejerce una potente acción inmuno estimulante capaz, por tanto, de estimular y fortalecer las defensas naturales del organismo, ayudando sensiblemente a hacer frente a las enfermedades infecciosas en general. Está especialmente indicada en la prevención y el tratamiento de resfriados y procesos gripales.
Una forma de disfrutar de los beneficios de la equinácea es elaborando una decocción, de fácil preparación en casa. Solamente se necesita cocer dos cucharaditas de raíz de equinácea y 1 taza de agua.
Las equináceas suelen plantarse en arriate, les gusta el sol y el suelo con buen drenaje.