El invierno ya se está acercando, pero eso no quiere decir que no podamos disfrutar de la belleza de las flores. Hay muchas plantas que prefieren florecer en temperaturas frías, y para ayudarle a disfrutar de ellas, os vamos a indicar cuatro de ellas:
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Bellis Perennis o margarita de los prados:
Su origen se encuentra en el sur de Europa y el norte de África. Es una planta de hasta 20 centímetros de altura, cuyas flores coloridas de centro amarillo y con forma abotonada son ideales para macizos. Les gusta el frío, pero es recomendable protegerlas de las heladas.
Helleborus NIger o rosa de Navidad:
Nativa de las montañas del centro de Europa y Asia menor, sus flores son muy apreciadas para la ornamentación. Son flores de gran tamaño y solitarias, de colores blancos y rosados. Según una leyenda, brotaron de la lágrima de una niña sobre la nieve, a darse cuenta de que no tenía un regalo para el niño Jesús.
Prímula:
De origen chino, sus flores abarcan prácticamente todo el espectro de color. Crecen en pequeños ramilletes y podemos apreciarlas desde otoño a primavera, pasando por el invierno. Eso sí, se deben proteger de las heladas.
Poinsettia o flor de Pascua:
Es una planta que viene de América Central y México. Es un arbusto de flores minúsculas rodeadas de brácteas (un tipo de pétalo que rodea las pequeñas flores) de colores rojos, amarillentos o blancos.
Y para finalizar, tres plantas que florecen a finales de invierno:
Bergenia Crassiflolia u hortensia de invierno: una planta de origen asiático que tolera a la perfección las heladas. Sus flores rosadas florecen a finales de invierno y comienzos de primavera.
Matthiola o Alelí de invierno: esta es una planta mediterránea de tallos erectos y hojas lanceoladas, cuyas hermosas flores de muchos colores se organizan en espectaculares ramilletes. Prefieren el frío y florecen a partir de enero.
Camelia Japónica: entre enero y marzo florece esta elegante flor originaria de Japón, Corea y China.