Claves del paisajismo, sus fundamentos y técnicas
Los jardines tienen la capacidad de ser no solo un simple decorado, de tener su propia personalidad. Lo pudimos apreciar en aquella película de Lars von Trier en la que Kristen Dunst y Charlotte Gainsbourg, hermanas en la ficción, atravesaban una difícil etapa en su relación consigo mismas y entre ellas. ‘Melancolía’ se llamaba y precisamente las escenas en las que los jardines hacían acto de presencia –que no son pocas- el espectador podía sentir ese embargo siniestro y espinoso que proyectan los setos y la arboleda.
Hasta en el mundo cinematográfico el paisajismo ha podido extender la eficaz acción que puede surtir en quien mira, en quien pasea, en quien disfruta. Si sucede en los mundos a los que nos trasladan las películas, imagínese lo que puede aportar el paisajismo a su jardín. Un auténtico golpe efectista que hace las delicias de quien lo observa.
Entrando en materia y puntualizando un concepto importante: el paisajismo sin la jardinería no existe, pero sí al revés. Tendremos un precioso jardín que no haya sido escudriñado por las técnicas del paisajismo pero jamás podremos vislumbrar un espacio que haya sido ideado por un paisajista sin que exista en él la jardinería. Porque sí, los paisajistas son profesionales que realizan obras emplazadas en un lugar concreto y a las que dan forma con los elementos que disponen.
Para más inri, se da la jardinería paisajista, que es bien distinta de la convencional pero con la que comparte factores como el clima, la cultura y los gustos personales, aunque en ocasiones la jardinería paisajista puede eludir las condiciones climáticas o el espacio con el apoyo de la tecnología y la creatividad.
En sí, la jardinería se concibe como la salud y desarrollo correcto de las plantas y la compleción del ciclo vital. Sin embargo, el paisajismo pretende armonizar la naturaleza consigo misma y los gustos particulares, haciendo que el diseño responda a una idea o concepto artístico. En resumen, la jardinería paisajista es una porción de la naturaleza, armónica con la silvestre, pero creada por los humanos.
Las técnicas del paisajismo no están plasmadas en ningún manifiesto como el que pudo seguir von Trier en el movimiento cinematográfico Dogma 95, pero sí hay unas técnicas básicas que hemos de conocer.
Empezaremos con el estudio del contexto del que se rodea el jardín, que es fundamental para entender el entorno natural, urbano y arquitectónico con el que trabajaremos además de, como destacábamos con anterioridad, los valores culturales y sociales.
La geometría y el espacio vacío pues, como si de un cuadro de pintura se tratase, hemos de atender con atención a medidas y proporciones. Si la visión es el primer órgano que disfrutará del espacio paisajístico, el orden y escala visual son esenciales para la armonización del entorno creado. También, si el ojo percibe demasiados focos de atención se perderá la esencia del proyecto por eso es necesario que haya espacios vacíos, pero no de objetos, sino de llamadas de atención.
La relación con los espacios y los materiales para desarrollar una estética acorde con el entorno. Además de poder estructurar espacios dentro del propio jardín que abran recorridos, invitarán a pasear y a que la vista descanse.
El diseño plasmado en la vegetación ha de estar intrínsecamente unido a las tendencias y al gusto personal. Por eso las plantas pueden oscilar en tipos, color, forma, textura y estaciones y los espacios al estilo de vida y preferencias de quien desea que su jardín sea una obra de arte.