Claves para que tu perro y tu jardín convivan en paz
Si tienes una mascota y tienes un jardín, estas recomendaciones te pueden interesar para lograr una “relación amistosa”. El comportamiento de un perro depende de la raza o la edad. Y si se trata de un animal muy activo con gran instinto cazador y excavador, dejarlo suelto por el jardín puede ser una mala idea para las plantas que allí tengas. Ahí van algunos consejos.
· Acotar una zona especial para el perro: ésta es buena opción para jardines de grandes dimensiones. Se puede delimitar con vallas una zona específica para el perro donde estén sus juguetes favoritos, plataformas o pasarelas en las que pueda jugar, una piscina de arena en la que el animal pueda excavar y una zona de sombra para que pueda descansar.
· Caminos: en muchas ocasiones son los propios animales quienes marcan sus recorridos preferidos a través del jardín. Es recomendable pavimentar con gravilla, madera, piedras, ladrillo o cualquier otro tipo de material que no dañe las patas del animal y que embellezcan el espacio.
· Espacio para el descanso: es conveniente fijar una zona de sombra para que el perro pueda descansar y protegerse del sol, con el fin de evitar que busque refugio entre las plantas. La clásica caseta de perro es una opción aunque servirá cualquier espacio que se organice para tal fin. En ese rinconcito, el animal debe sentirse cómodo por lo que es importante que tenga agua, comida y algún objeto al que le tenga mucho apego.
· La zona de aseo: el aspecto del aseo es fundamental. Por ello debemos acostumbrar al animal a hacer sus necesidades en una zona fija, con su bandeja sanitaria siempre limpia, del mismo modo que si estuviese dentro del hogar. De este modo, se evita encontrar sorpresas entre las plantas o en el césped. Si bien es cierto, esta tarea es bastante complicada puesto que el animal se siente libre en un espacio abierto y tiende a marcar territorio orinando. Si vemos que lo ha hecho, se puede neutralizar el orín regando en abundancia lo antes posible.
Como vemos, no se trata de mimar excesivamente el jardín ni prohibir que tu mascota disfrute de las zonas verdes de la casa. Si no que es posible diseñar el jardín para adecuarse a la mascota para una convivencia feliz entre ambos.